Los consumidores han incrementado en los últimos años el número de referencias y fuentes que consultan antes de comprar o adquirir un producto. La multiplicación de puntos de contacto hace más difícil establecer un patrón en los procesos de toma de decisión de los consumidores.
Sin embargo numerosos estudios sostienen que la influencia de los
medios offline y online para obtener información o considerar un
producto se mantiene o incluso se ha incrementado en algunos sectores.
Diseñar una buena estrategia de difusión de contenidos editoriales y lograr una buena ejecución para impactar a nuestras audiencias claves pueden ser determinantes para alcanzar nuestros objetivos. ¿Cómo podemos medir el éxito de esta comunicación? Y sobre todo, ¿cómo podemos optimizarla?
Según Alfredo Orte, experto en medición estratégica de la comunicación de Rebold: “Tradicionalmente
en la medición de la eficacia de la comunicación de producto se vienen
utilizando parámetros recurrentes aplicados en la evaluación de los
resultados de marketing. El valor publicitario equivalente es la métrica
más habitual de evaluación, un instrumento que equipara el impacto
campañas e iniciativas de marketing y noticias o reportajes, elaboradas
por periodistas especializados, que constituyen el leitmotiv de muchos
medios y revistas de todo el mundo.
Sin embargo, hoy sabemos que las audiencias consumen e
interpretan de forma muy diferente los mensajes publicitarios y los
contenidos editoriales; mientras los primeros se abordan desde un
comportamiento más emocional e inspiracional, el consumo de
informaciones periodísticas parte de un posicionamiento más racional,
donde prima la confianza en la fuente y la búsqueda de una utilidad
práctica inmediata. ¿Por qué entonces utilizamos el mismo enfoque de medición?”.
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