jueves, 28 de enero de 2016

Quieres ser rico... pues... ¡deja de quejarte!

Acabo de leer un artículo muy adecuado en relación a una de las conversaciones mantenidas en la clase del martes. En este caso conocemos el punto de vista de un millonario aconsejando cómo hacerse rico (uno de los objetivos para el estudio más unánimes en la clase fue "ganar dinero", ¿recuerdas?)

Pues según el autor del libro que se presenta en el artículo para ser millonario lo fundamental es que... dejes de quejarte. Yo trataba de formarte en la idea de que en el ambiente profesional la queja reiterativa es un problema y lo que se necesitan son soluciones. En esta línea y siguiendo el hilo de la conversación del martes en clase para coseguir mayor empleabilidad, te aconsejo para cualquier proyecto profesional (académico) en el que participes, siempre preocuparte y ocuparte en aportar soluciones, no quejas. En lo que respecta a nuestro contexto académico que surgió en la conversación, más que quejarnos de los defectos del grado en publicidad y relaciones públicas, lo más adecuado para tu formación es que te fijes en sus virtudes (que las tiene) y en la gran cantidad de recursos que tienes para estudiar, siendo el fundamental tú mismo y tus ganas de aprender. Adquiriendo esta actitud estoy convencido de que mejoras tu empleabilidad.

Aquí tienes el texto del artículo comentado:

"Quejarse es lo peor que uno puede hacer para conservar la salud o aumentar su riqueza", cita las palabras de Eker el sitio informativo Business Insider
Eker explica que cuando nos quejamos nos estamos centrando en lo malo de la vida, y aquello en lo que nos centramos tiende a expandirse. "Lo semejante atrae a lo semejante", observa el millonario. "Cuando nos quejamos lo que estamos haciendo es atraer 'basura' a nuestra vida". Esto deja muy poco espacio para el crecimiento, especialmente para el crecimiento financiero.
Eker también dice que tan importante como no quejarse es alejarse de aquellas personas que lo hacen constantemente. "La energía negativa es contagiosa", destaca.
"Hay que recordar que los que construimos nuestra vida somos nosotros y que constantemente estamos atrayendo éxito y basura", escribe. "¡Es imperativo elegir nuestros pensamientos y nuestras palabras sabiamente!", concluye.

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