lunes, 6 de abril de 2020

Estudiar bien tiene efectos positivos en nuestra formación

Cómo mantener vivo el conocimiento en la memoria (Ver artículo completo en este link de elpais.com)

Destaco algunos contenidos que ya hemos comentado en clase para dar valor al esfuerzo de participar en las clases de teoría de forma adecuada, repasar los contenidos y, en definitiva, hacer el esfuerzo necesario para disponer en la memoria de los conocimientos necesarios para hacer la práctica. O cualquier otra práctica que consideremos. Sin conocimientos no hay práctica. No hay que buscar disculpas para no estudiar cuando es evidente que se necesita conocimiento para hacer bien cualquier actividad.

Párrafos destacados:

La rememoración es necesaria para facilitar la expansión del intelecto, escribe Gregorio Luri. Cuenta que el psicólogo Hermann Ebbinghaus ideó un sistema de repaso efectivo: a los 10, a los 30 y a los 60 días.

En la escuela vivimos experiencias educativas y estas, además de ser rigurosas, deben conservarse en la memoria a largo término. Por ello, en toda experiencia educativa ha de haber un lugar para el refuerzo de algunos aprendizajes previos y de apertura a conocimientos nuevos.
La rememoración es posible y necesaria para facilitar la acción expansiva del conocimiento, porque este, lejos de almacenarse en nuestra memoria como un documento en un fichero, vive en ella, con frecuencia crece en ella y no es extraño que resucite en ella cuando creemos que lo hemos olvidado.

No deberíamos sobreestimar la capacidad erosiva del olvido. Cuando se afirma que lo que se aprende en la escuela se olvida después del examen, no se está diciendo, aunque se crea lo contrario, nada evidente. Algunas cosas las recordamos toda nuestra vida, aunque no siempre coincidan con aquellas que nos gustaría revivir. Otras, que creíamos olvidadas, pueden emerger de forma imprevista tanto en la vigilia como en el sueño, unas veces de manera diáfana y otras de forma ambigua. Muchas han perdido sus perfiles, pero están viviendo, por decirlo así, en su descendencia, en lo que —gracias al conocimiento que en un tiempo nos proporcionaron— pudimos aprender. De hecho, una buena parte de las cosas que hoy sabemos las hemos aprendimos gracias a conocimientos cuyo origen muy posiblemente no sabríamos establecer con exactitud.

Las preguntas de opciones múltiples ayudan a recuperar el esquema del concepto. El olvido es, en resumen, una ausencia de refuerzo de lo que se sabía, cosa que ha de tenerse bien presente en la escuela, pero no para reducir contenidos con la excusa que presentan algunos: “¡Total, si se han de olvidar!”.

En el siglo XIX, el psicólogo Hermann Ebbinghaus observó que el refuerzo, para ser realmente efectivo, debía seguir unos determinados ritmos que vienen marcados por el comienzo de la erosión del olvido. Para garantizar la permanencia de un aprendizaje, lo más eficaz es volver a evocarlo justo cuando comienza a olvidarse. Teniendo en cuenta esto, Ebbinghaus diseñó un programa del repaso efectivo que debía seguir este ritmo: primer repaso a los pocos días de haberlo aprendido, y después, a los 10, 30 y 60 días.

La excelencia, como muy bien sabemos todos, no cae del cielo. Ni nos encontramos con ella de sopetón al doblar una esquina. Es lo opuesto de la ocurrencia. La excelencia pide codos, práctica intensiva y reflexiva y la ayuda de un profesor experto. Algunos dicen que todo esto es muy aburrido. Quizá. Pero el aburrimiento en la escuela suele expresar una falta de sentido de la actividad que se lleva a cabo. No se trata, sin embargo, de ofrecer sentido a costa de la relevancia del conocimiento, es decir, de convertir las experiencias educativas en actividades meramente entretenidas.
A menudo, el sentido aparece con la continuidad del esfuerzo. El conocimiento es un formidable motor del interés. ¿No hemos experimentado todos más de una vez que aquello que al principio nos parecía aburrido dejó de serlo a medida que lo íbamos conociendo? No, la excelencia no cae del cielo.

Autor: Gregorio Luri (Azagra, Navarra, 1955) es maestro y filósofo y ha escrito numerosos libros sobre pedagogía y política. Este extracto es un adelanto editorial de ‘La escuela no es un parque de atracciones’, de la editorial Ariel, que se publica el próximo 10 de marzo.

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